viernes, 5 de agosto de 2011

Cuando se va la luz

En estos tiempos de tecnología, existen ciertas cosas que nos pueden irritar o arruinar la vida. Bueno, eso depende de cómo lo tomes en realidad y también depende de las circunstancias en las que te encuentres. Me  puedo imaginar las situaciones que suceden en un lugar, todas diferentes pero importantes a la vez. Quiera uno o no, ya las computadoras se volvieron indispensables para nosotros. 

Puede ser que estés haciendo un trabajo o proyecto importante para el día siguiente en tu computadora y ... sucede (puedo imaginarme la cantidad de maldiciones que han de salir de tu boca en esos momentos) eso sí sería una mala situación. 

Incluso otra persona pudiera estar  hablando con la chica o chico que le gusta, y su interesante conversación es interrumpida por problemas de luz. Eso sí que es impotencia verdad. Podemos pensar en llamadas importantes. En el supermercado o en el hospital, eso sí que estaría grave, aunque  tengo entendido que algunos hospitales tienen plantas de luz. En fin, el punto es que para todos nosotros este medio es muy importante y esta casi impreso en nuestras vidas, por decirlo de alguna forma.

Pero a veces cuando sucede el apagón, pueden ocurrir cosas positivas (increíble, me acabo de acordar de la canción que dice "con el apagón qué cosas suceden".... pero bueno ese no es el punto) por ejemplo, estaba a punto de escribir este artículo cuando en la oficina se va la luz... todos mis compañeros, mentaron madres como decimos aquí, otros hasta se estresaron porque tenían que entregar un proyecto justo el mismo día y otros simplemente dijeron "ya vamonos al cine o algo ¿no?" "vamos a echarnos unas chelas" y así fue cuando se rompió el hielo...

Días atrás, la oficina seguia siendo muy relax debo admitirlo, pero cada quien está en su compu, tiene audífonos, chatea, está en facebook, anda haciendo diseños y creando contenidos y de repente hay una que otra bromita, pero confieso que gracias a este apagón, convivimos más y nos conocimos mejor, además de que el jefe no nos quería dejar salir porque tenía la esperanza de que la luz volviera. En realidad me alegra de que haya sucedido eso, porque gracias a eso tuve un tiempo de convivencia y conocí a los demás mejor. A veces sucede que simplemente estas sentada junto a un montón de zombies con audífonos y siempre mirando hacia su computadora, pero al mismo tiempo son personas que estás sentadas a tu alrededor, y no dicen nada. Pasa algunas veces que no te das cuenta o más tarde te percatarás de que tú también te estas volviendo uno de esos  zombies.

Si hay algo que aprendí ayer, fue que no estamos hechos para vivir como zombies además de que debe de ser una adicción y por lo tanto malo para la salud, estamos hechos para tratar con otros. Siempre va a existir la oportunidad para conocer a nuevas personas. No te cierres y siempre ten sed de descubrir el mundo. Existen muchas otras cosas, que te hacen mejor, de las que la computadora se queda chiquita.

Ayer no tuvo precio. 

Lo confiesa... la OCULADORA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario